Objetivos de un TFG: todo lo que necesitas saber

¡Bienvenido! Has llegado justo a tiempo, hoy en Experto Universitario vamos a hablar sobre uno de los aspectos más importantes de cualquier trabajo final de grado: los objetivos.

Ya hemos analizado muchas de las partes del TFG en otras entradas y es muy probable que ya hayas escuchado hablar de los famosos objetivos. De hecho, se trata de uno de los elementos más importantes de cualquier trabajo académico, ya que nos permiten definir claramente qué es lo que queremos conseguir con nuestra investigación. Sin embargo, no siempre resulta fácil redactarlos de forma clara y concisa.

Por eso, en esta entrada vamos a darte algunos consejos para que puedas elaborar unos objetivos que sean útiles y coherentes con la finalidad de tu trabajo. ¡Al ataque!

Lo principal y más importante es que sepas que los objetivos del TFG deben estar en consonancia con la finalidad de tu proyecto. En otras palabras, debes tener claro qué es lo que quieres conseguir con tu investigación y, a partir de ahí, definir unos objetivos que te permitan alcanzar ese fin.

Los objetivos son una herramienta muy útil para planificar el trabajo y para comprobar si estamos avanzando en la dirección correcta. Además, también son importantes para justificar la elección de determinados métodos y técnicas de investigación. ¡Ojo! No confundamos objetivos con metodología.

Los objetivos del TFG deben cumplir con una serie de características, es decir, deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales. Veamos con un poco más de detalle una descripción de cada una de ellas.

Existen dos tipos de objetivos de un TFG: los objetivos generales y los objetivos específicos. Los objetivos generales se refieren a la finalidad general del trabajo, mientras que los objetivos específicos se refieren a los pasos concretos que debemos dar para alcanzar ese fin.

Por ejemplo, si nuestro TFG trata sobre la relación entre la obesidad infantil y el sedentarismo, un objetivo general podría ser «analizar la relación entre la obesidad infantil y el sedentarismo», mientras que un objetivo específico podría ser «determinar el porcentaje de niños sedentarios en una muestra de 100 niños de entre 8 y 12 años».

Hemos elaborado una lista de consejos que te podrán ayudar a evitar algunos errores muy comunes. Teniendo todo esto en cuenta, seguramente podrás ahorrarte una enorme cantidad de tiempo y frustración. Recuerda que utilizar modelos es siempre una buena opción. Toma nota:

Te planteamos dos ejemplos de objetivos desgranando su tipología, el verbo infinitivo empleado, el “qué”, el “cómo” y una breve explicación. Puedes emplearlos cómo plantilla si lo deseas.

Tipo de objetivo: General

Verbo: Desarrollar

Qué: Un plan de marketing

Cómo: Utilizando una investigación de mercado y un análisis FODA

Explicación: Este objetivo general indica qué se quiere lograr (desarrollar un plan de marketing), y cómo se piensa hacerlo (utilizando una investigación de mercado y un análisis FODA). El verbo utilizado es «desarrollar», que es un verbo de acción que indica que el objetivo requiere de una acción concreta. Este objetivo es general porque no especifica ningún detalle adicional, como el público objetivo o los canales de marketing a utilizar.

Tipo de objetivo: Específico

Verbo: Redactar

Qué: Un informe de investigación

Cómo: Analizando los datos obtenidos en una encuesta realizada a una muestra representativa de la población

Explicación: Este objetivo específico indica qué se quiere lograr (redactar un informe de investigación), y cómo se piensa hacerlo (analizando los datos obtenidos en una encuesta realizada a una muestra representativa de la población). El verbo utilizado es «redactar», un verbo de acción que indica que el objetivo requiere de una acción concreta. Este objetivo es específico porque detalla qué tipo de informe se quiere redactar (uno de investigación), y cómo se piensa obtener la información necesaria para hacerlo (a través de una encuesta realizada a una muestra representativa de la población).

Bien, ahora veamos algunos ejemplos reales de objetivos de un TFG. Presta atención a cómo ponen en práctica la estructura que acabamos de analizar. Como podrás comprobar, una vez más, hacerlo sencillo y concreto es siempre la mejor opción.

No olvides que dispones de una enorme cantidad de depósitos y repositorios online donde podrás encontrar trabajos finales de grado de temáticas similares al tuyo. Nosotros te dejamos tres por aquí:

La redacción de los objetivos es una de las partes más importantes en la etapa de elaboración de un TFG. Es la base sobre la que se desarrollará la investigación y la que determinará el éxito o fracaso del proyecto. Por ello, es importante que se le dedique el tiempo y la atención necesarios para su correcta elaboración. Recuerda que los objetivos deben ser claros, específicos, realistas y orientados a resultados. 

Con estos consejos y herramientas, esperamos haber contribuido al éxito de tu proyecto académico. Recuerda que si tienes problemas a la hora de redactar tus objetivos o con alguna otra parte de tu trabajo final de grado, nosotros podemos echarte una mano. También podemos hacer tu TFG íntegro por ti si lo necesitas. En el caso de que aún no nos conozcas, somos Experto Universitario, la plataforma líder en redacción de trabajos académicos.

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